domingo, 7 de enero de 2024

¿En qué ocasión hablan los testigos de Jehová sobre biología, y qué es para ellos el "género básico"?


En respuesta a una pregunta en Quora:

¿En qué ocasión lostestigos de Jehová necesitan enseñar de biología, hablando de género, especie yvariedad, cuando enseñan de la Biblia a la gente? ¿Puede alguien explicar loque es el “género básico”?

Difícil, sino imposible, que un TJ conteste la pregunta. Adoptan la contradictoria posición de no reconocer, o tergiversar, o hasta negar, lo que se encuentra escrito en su propia jw-org cuando alguien se las muestra.

Frente a esta realidad me permito aportar mayor luz a la pregunta hecha, ya que casi ni tocan ni desean tocar este tema en público de manera honrada.

La respuesta corta para cada pregunta es:

  • a-  En ocasión de cuando necesitan demostrar que el diluvio universal fue un hecho histórico y al mismo tiempo negar que la evolución de las especies tuviese evidencias creíbles.
  • b- El “género básico” es una rara clasificación usada por los TJ mediante la cual pretenden enseñar que se trata de cada una de las pocas formas de vida creadas por Dios a partir de las cuales de cada una pueden producirse muchas variedades de especies en poco tiempo.

Si algún TJ que fuese instruido, científico o profesor no está de acuerdo con mi definición, le permito que lo aclare para beneficio del público lector.

Me permito a continuación brindar las evidencias que sustentan lo arriba mencionado.

Los TJ responden muy parcamente cuando solamente tratan de rebatir las cuestiones que ha hecho surgir el público sobre el tema de la historicidad del diluvio mundial, y es entonces cuando algún miembro TJ les hace llegar alguna literatura para que lean su explicación biológica del asunto, que los lleva a relacionar con el tema de la evolución de las especies.

Cuando los TJ hablan del género “bíblico” no lo hacen por investigación propia alguna, sino que han copiado de otras denominaciones protestantes norteamericanas todo el material que ellos consideran apropiado para su causa, material que es enseñado en casi el 10% de las universidades cristianas de ese país, proveniente de miembros estudiosos que se inventan todos los cuestionamientos posibles a la teoría de la evolución de las especies y la creación de los animales y el ser humano así como de la tierra, el sistema solar y el universo, para poder desacreditar la investigación y resultados científicos que no concuerdan con sus creencias sacadas de la Biblia.

Se considera que casi la mitad de los estadounidenses creen en el creacionismo enseñado por la religión, lo que realmente llama mucho la atención el nivel tan pobre de conocimiento y discernimiento que posee el pueblo estadounidense.

Los creacionistas se dividen en dos grupos principales, los YEC y los OEC, y luego existe un abanico de diversidad dentro de tales creencias, entre ellas la de los TJ.

Los TJ se caracterizan por criticar a los YEC al ser parte de los OEC, y han armado su propia ideología al respecto según están ellos convencidos se apega mejor a la Biblia, y la usan a veces cuando alguien que simpatiza o es un miembro de los TJ llega a plantear algo al respecto, entonces también recurren a algunos libros de su biblioteca, en especial el titulado: “La Vida…¿cómo se presentó aquí? ¿Por evolución o por creación?

El principal objetivo del libro consiste en negar el origen espontáneo de la vida como producto azaroso de la materia, lo que no me parece para nada insensato. De hecho, mucho de su material está bien presentado y es respetable el análisis que hace, pero eso no evita que incursionen en materias que lo llevan a equivocar en sus apreciaciones y conclusiones, posiblemente por falta de discernimiento movidos por exceso de celo, fanatismo religioso y lealtad a su causa.

Una evaluación general de ese libro, a pesar de tocar algunos tópicos respetables, resulta patente apenas se lee cualquier capítulo de constituirse en un libro creado específicamente para transmitir convicciones emocionales sin contenido verídico e imparcial, infundiendo en sus lectores la sensación de ser superiores al resto en sus creencias de la Biblia.

Se parece a una balanza con un elefante sentado en la bandeja del creacionismo y una hormiga del lado de la ciencia evolutiva para demostrar ante los lectores de manera indubitable qué es lo que pesa más como verdad.

Esto hace que a veces, dado que existen ciertas personas algo más inteligentes y no tan fácilmente manipulables al promedio, que al no quedar muy conformes con algunas respuestas haciendo preguntas más profundas, recurran a algún miembro TJ con mayor capacidad, como un “anciano capacitado”, para que pueda “manejar la situación”.

En su literatura, como dice Luis Santamaría, se encuentran cubiertos todos los flancos, y como quienes suelen preguntar, son por lo general jóvenes, estudiantes, o personas adultas inexpertas en el tema, por lo general los dejan calmados.

En tales casos no debe olvidarse que por lo general quienes preguntan también han decidido creer en la Biblia y ser cristianos. Y sin duda alguna, unos de los temas más controversiales con los creyentes es el concepto creacionista enfrentado a muchas disciplinas científicas que demuestras el error de muchos de los conceptos religiosos y teológicos más comunes.

Y cuando entramos en este terreno controversial, si alguien es un adulto y no es un experto zoólogo, biólogo, geólogo, o un profesor universitario o de escuelas secundarias sobre estos temas específicos (personajes inexistentes dentro del colectivo de ellos, ya que es imposible de ser engañado para ser un TJ), no puede por sí mismo investigar, por falta de tiempo, de poder ir a asesores de confianza, o de leer libros de ciencia al respecto, algo que le es desalentado hacerlo bajo el pretexto de que corre peligro de perder la fe y hasta caer bajo el engaño del ateísmo.

En cuanto al concepto de “género básico” los TJ suelen copiar citas de su literatura donde lo definen, muchas veces con el solo nombre de “género”.

Por ejemplo, en nwtstg se lo define:

“En Génesis, la palabra género no es el término que suelen usar los científicos, sino que tiene otro sentido. Se refiere a una clasificación suficientemente abarcadora como para incluir una gran variedad de seres vivos que no pueden cruzarse con seres vivos de otros géneros.

Lo expresado resulta mal explicado. Primero, no puede abarcar “a una gran variedad de seres vivos” (énfasis propio) que se crucen entre sí, al cometer el error de decir que “no pueden cruzarse” con otro conjunto de variedades de otros géneros, y que al mismo tiempo debe ser “suficientemente abarcadora” el conjunto de esa gran variedad.

Al expresarse así deberían primero definir de qué hablan cuando hablan de variedad.

Un definición indefinida lleva a confusión cuando menciona explícitamente que eso no se corresponde al término de género usado en ciencia, cuyo aspecto principal no atañe a ser abarcador, sino de solo reunir a las especies más relacionadas existentes, y por otra parte, la capacidad de cruzarse entre sí es cuando en ciencia se habla precisamente de especie, cuando mediante el cruzamiento entre miembros de una misma especie se propaga la misma. Luego, el que se cruzaren o no con las diferentes especies de un mismo género (deduciendo que eso debe de corresponder a su concepto de variedad)  no garantiza la propagación de la misma especies.

De allí que esa explicación es una definición muy confusa y contradictoria.

En  yp2 cap.36 dicen:

“…cada “género” encierra el potencial de una gran variedad. Y no hay nada en las Escrituras que nos impida aceptar que se produjeron cambios dentro de cada “género”.

Aquí están admitiendo “cambios” en lo que para ellos es el “género” bíblico, y a esos tipos de descendientes con los cambios resultantes ellos los definen como “variedad”.

Eso es lo mismo que enseña la evolución, pero ellos se cuidan mucho que sus adoctrinados piensen eso. Eso está cubierto por el modo sofista y certero de expresar ideas ambiguas. 

Así, en ejemplos aclaratorios, muestran que el género homo u hombre, el ser humano, se compone de una “gran variedad” de “seres vivos”, y como todos pueden fertilizarse entre sí y producir descendencia, pertenecería todo ese conjunto al género de Génesis (ver ce cap.7 y cap.8).

Pero eso es precisamente lo que en ciencia se define por especie del género homo (o el de gatos y perros domésticos). Solamente los sapiens hoy pueden tener cruces fértiles dentro del género homo, pero sus subespecies (antes razas) no se conservan al cruzarse, pues se forman mestizos.  Las otras especies del género homo están todas extintas, y solamente se pudo comprobar que existió hibridación con la especie neandertal, que desapareció hace 30.000 años.

En su libro Perspicacia… explican:

“Los “géneros” mencionados en la Biblia parecen constituir divisiones de formas de vida, en las cuales pueden producirse cruces fértiles. En tal caso, el límite que separa unos “géneros” de otros tiene que trazarse en el punto donde ya es imposible la fertilización. En años recientes el término “especie” se ha usado de tal manera que ha causado confusión al compararlo con la palabra “género”. ”

De entrada reconocen no saber de qué hablan cuando intentan explicar los “géneros” que leen de la Biblia (“parecen constituir”), y luego se definen diciendo que abarcaría a las divisiones donde se pueden producir “cruces fértiles”, y el límite de esta división de distintos seres vivos agrupados en su idea de “género bíblico” estaría cuando ya es imposible “la fertilización” con los de otra agrupación.

Todo lo dicen para tratar de definir su “género” como algo diferente y especial de la clasificación actual, cuando lo que están diciendo corresponde exactamente a lo mismo. La ciencia parte de esa premisa para clasificar los géneros, reuniendo a las especies que los compongan.

Luego mencionan que existe una confusión entre “especie” y “género”, cuando la única confusión solo está en la cabeza de ellos y a los que ellos intentan enseñar, ya que biológicamente no existe ninguna confusión en comprender el significado de especie ni de género (ver definición científica de especie y de género).

Cuando se escribió el Génesis ni idea tenían sobre una clasificación de las formas de vida separadas por géneros agrupados en familias cuyas características estuviesen definidas por sus distintas capacidades de fertilización.

Eso es un invento muy posterior, prevaleciendo solamente la distinción morfológica como casi la única razón de sus diferencias para las distintas poblaciones existentes.

La idea podía existir, pero se desconocía por completo tales grupos, más bien solo se hablaba de la procreación entre formas de vida consideradas “iguales”.

El libro de Génesis habla de otra cosa muy distinta a lo que pretende que dice quienes hoy lo reinterpretan distinto, como los TJ.

Cuando en pasajes como Gén.1:11, 12, 21, 24 y 25 de la palabra hebrea מִין, min, equivalente a la griega de la LXX γένος, guénos, traducen género, o tipo, donde también se traduce especie, a pesar que en griego, elemental o especie, se escribe ειδη y ειδων, sólo deseaban transmitir la capacidad de continuidad de una forma de vida característica, sea cual fuere, sin cambios, siempre reconocible durante muchas generaciones de manera natural.

Aristóteles reflexionaba en su tiempo sobre la diferencia entre guénos y eidos, algo así como hablar del género animal y de sus especies, es decir, los términos eran entendidos diferentes según el contexto. Linneo se basó en Aristóteles para clasificar las formas distintas de vida (Encyclopedia Herder)

En hebreo min significa “partición”, dando la idea de algo que se subdivide sin dejar de ser lo mismo, significando que procrean siempre el mismo tipo de vida en el transcurso de las sucesivas generaciones. Por eso, la palabra griega usada al traducir revela su significado de descendencia, directa o colectiva, conformando una raza, familia, clan, pueblo, nación, etc.

Un diccionario hebreo moderno define esta palabra como “especie, a veces una especie (generalmente de animales)”.

Agrega:

“Los grupos de organismos vivos pertenecen a la misma "especie" creada si  han descendido del mismo acervo genético ancestral. Esto no lo hace excluir de nuevas especies porque esto representa una partición del acervo genético original. La información se pierde o se conserva, no se gana. Nuevas especies podrían surgir cuando una población se aísla y se produce la endogamia” (Dicc.hebreo).

Esta definición incorpora el concepto evolutivo (de cambio), algo inexistente en el pensamiento israelita de la época de los patriarcas, semejante al judío de hace 2.500 años.

Dado que las nuevas especies conservan la “información” genética de la que proviene, se mantiene de alguna manera una línea genética semejante (parecido morfológico), incorporándose nueva información, no obstante, no son muy distintas entre sí aunque se admiten cambios.

Pero eso no modificaba el concepto de guénos, pues el diccionario hebreo español de Soockel en la página 423 dice para min:

ןימ [c. suf.הנימ הנימ, =נחנימ, ונימ, Ez47, 10, םהנימ] Especie, género, variedad Gn.l,lls Lv ll,14ss Dt 14,13ss.

Aquí vemos que bíblicamente el significado de la palabra de la que se tradujo guénos en griego de min del hebreo puede referir tanto a un género, como a una especie o a una variedad, siempre y cuando se reproduzcan a sí mismos iguales a lo que los tipifica durante sus generaciones conocidas.

Cualquier otra cosa es hibridación.

Actualmente en biología animal en vez de variedad se usan los términos subespecie y raza.

Por ejemplo, los perros de raza bóxer y los de raza caniche son dos razas distintas de perros domésticos (a pesar que pueden fecundarse entre sí), y serían biblicamente en su concepción antigua dos clases de min, porque su raza se encuentra delimitada geneticamente a una reproducción en la que solo pueden intervenir progenitores de la misma raza.

De esta manera, el libro de Génesis solo está diciendo que todas las formas de vida existentes (producto de la creación o propias de las existentes en la naturaleza) tienen la capacidad de reproducirse a sí mismas, manteniendo en el tiempo su misma tipología sin cambios que las diferencien.

Actualmente tratan de decir, ya sea manteniendo una misma tipología, o cambiando a variedades del mismo tipo básico, que pueden formarse nuevos min, algo no contemplado en la mentalidad antigua.

Una cabra, por más que fuere más gorda, más alta, más flaca que otra, con manchas o sin manchas, era una cabra y punto. Mientras se reprodujeran entre cabras, era eso.

Un híbrido no puede ser un min, porque no pueden reproducirse como tales por sí mismos de manera natural.

No obstante, no hay una tal inmutabilidad, una delimitación genética perfecta entre cada min existente. Si así fuese, los híbridos no podrían existir.

No obstante, cada min no puede producir en su generación formas de distinto min o especie.

En ese sentido el pasaje de Génesis dice lo que realmente se observa a simple vista en la naturaleza.

Hasta aquí todo perfecto.

El problema ocurre de cuándo aparece el tema del diluvio universal.

Es allí cuando, a partir de quienes creen que ese relato no es simbólico sino literal, para hacer creíble este relato como un hecho real, ante la tamaña cantidad de especies existentes conocidas, necesitan achicar enormemente la cantidad de especies o mines a conservar, y es cuando aparece el término “género básico”.

Le agregan esta palabra para pretender decir que se correspondería a algún tipo de animal de una familia (taxonómica) que actualmente se compone de distintos géneros y especies científicos. Pero ya vimos que son, biblicamente, distintos min. Pero los TJ y otras denominaciones protestantes, se olvidan de eso e incursionan en arenas movedizas, resultando en definiciones contradictorias, como la expresada en it-1 págs. 1011 a 1013, cuando equipara al “género” con el concepto taxonómico de familia.

De hecho, hasta hablan del concepto “género familia”, tratando de asociarlo con el taxonómico unido a la idea sociocultural de dicho concepto.

Y de ese modo pasan a suponer, por ejemplo, que en la familia de los félidos, el género bíblico seria algún representante ancestral básico de todos los que ahora componen esa familia taxonómica, que en poco tiempo se diversifica en sus subfamilias con sus géneros y especies conocidas. Y así con los bóvidos, équidos, etc.

Pero, en primer lugar, esa jamás fue la idea antigua sobre el género, especie o min (ver: Gén.1 sobre tipo).Y en segundo lugar, cuando de este modo logran reducir enormemente la cantidad de min o especies básicas, se topan con otra cuestión que no pueden eludir, que es la que tiene que ver necesariamente con los cambios que debieron ocurrir para dar lugar a toda esa diversificación en la que se agrupan muchas especies distintas en las diversas familias taxonómicas y en tan poco tiempo.

Cuando incorporan esa hipótesis, necesariamente incorporan el concepto de antepasado común de un grupo de especies y géneros distintos existentes que componen las distintas familias taxonómicas, un hecho científicamente comprobado, verdad, pero que va totalmente en contra del concepto creacionista protestante que no admite tales cambios en la evolución de las especies como origen de su existencia, y mucho menos que hayan ocurrido hace apenas 4.000 años con tanta cantidad de “variedades”, esto es propiamente especies agrupadas con sus géneros, del mundo animal terrestre.

La ciencia reconoce que existe un sistema rector, presente en el ADN, mediante el cual cada especie se reproduce a sí misma, y hoy día, si se perdiera una especie, volver a restaurarla podría ser imposible, por ejemplo, los casos del dodo y el tilasino.

Asimismo, si se extinguiera, por ejemplo, la especie (min) León (Phantera leo, en peligro hoy debiendo proceder estilo Noé), la misma no podría generarse nuevamente del min Tigre (Phantera tigris), ni de ningún otro felino existente mediante vías naturales. Las especies perdidas no vuelven a producirse solas de alguien de otra especie dentro de su familia taxonómica ni de su propio género científico siquiera, sino mediante el proceso evolutivo que en gran medida es aleatorio y de resultados diferentes. Y los cruces entre las especies de grandes felinos solo es dar marcha atrás a las especies individuales formando especies híbridas nuevas. Hasta de Phantera leo existen tres subespecies diferenciadas genéticamente con características propias para un ecosistema determinado.

Aún en semejante situación, solamente podría medianamente salvarse si antes se guardaron criogénicamente de alguna manera efectiva genes de la subespecie de León (esperma y óvulos), para que luego mediante la inseminación o implantación artificial, pudiendo llegar a usar si faltaran vientres de leonas, vientres de tigres en ese caso, se pudiese volver a tener la especie o subespecie, o min, perdida de León.

Esto significa lisa y llanamente que no es posible hablar de una reducción de especies a unos pocos “géneros básicos” para volver a tener nuevamente todos los min antes existentes de la familia taxonómica, y un completo absurdo en tan breve tiempo. Tan solo la especie Phantera onca tiene una existencia de 2 a 3 millones de años, y todos los del género Phantera y el Neofelis comparten un antepasado común entre 6 y 10 millones de años.

Sin embargo, los TJ en su argumentación en la revista Despetad-74 insisten en decirlo.

“Pero, ¿dice la Biblia que cada planta y animal individual fue creado directamente por Dios? No, solo los géneros básicos. Dentro de cada género se podía desarrollar una gran variedad a través de miles de años. Por ejemplo, muchas clases de gatos diferentes podían desarrollarse dentro de la familia de los gatos, o perros diferentes en la familia de los perros, o humanos diferentes dentro de la familia humana.

Sin embargo, el primer capítulo 1 de Génesis dice que cada género básico podría producir prole solo “según su género.” Por lo tanto, aunque las variedades dentro del género podrían aparearse y producir prole, eso no sería cierto fuera del género. Un género no podría aparearse y producir prole con otro género. Ni tampoco podría un género jamás cambiar a otro género. Eso sería cierto sin importar cuánto tiempo transcurriera. Por lo tanto, el pez siempre permanecería pez, los pájaros siempre pájaros, los animales terrestres siempre animales terrestres, y los humanos siempre humanos.

Si la evolución es verdad, la evidencia debería apoyar un cambio gradual de un género de cosa viviente a otro género.”

Los TJ hablan de biología como si supieran. Los gatos y perros diferentes son simplemente subespecies de la misma especie respectivamente, y se está hablando de razas diferentes que el humano produjo, y ya vimos que cada raza sería correctamente un min bíblico, y no que los estuviese englobando hace 2500 años, cuando se escribió Génesis, a todas las razas de hoy y del futuro.

Cuando ellos hablan de que un género no puede aparearse con otro, se debe entender según ellos definen subjetivamente su propio género básico, no obstante, si les preguntas cuál sería ese género creado en los Félidos, no lo saben, y tampoco saben que aun entre los miembros de esa familia tampoco pueden cruzarse entre ellos para mantener descendencia. Además, cualesquier cruza, de darse, anula en los descendientes las cualidades de individuales para convertirse en mestiza o mular.

Pero hay algo que evitan decir en ese mismo párrafo (que sí dicen en otro lado): el género básico no es solo el de los gatos domésticos, sino de todas las especies y géneros que componen la entera familia de los félidos, así como de los bóvidos, équidos, etc. Y eso ya es otra cosa muy distinta al ejemplo que ellos dan.

Cuando pasan a negar la evolución, lo que exigen es algo inexistente desde su perspectiva de género básico religioso, porque eso no ocurre en el proceso evolutivo que la teoría evolutiva ha descubierto y estudia. Las especies evolucionan de sus ancestros parientes, no de otro género de una familia taxonómica diferente.

Vean tan solo el árbol filogenético.

Aun así, se han encontrado especies mitad dinosaurio y mitad ave, como el Archaeopteryx, que los TJ niegan posea cualidades de reptil, quizás porque su miopía religiosa les impide ver el cráneo con sus dientes y cola de saurio, viendo solamente los huesos huecos y plumas.

O la serpiente con patas encontrada en Brasil y Argentina. O las patas en antiguos fósiles de ballena como el encontrado en Egipto, revelando que antes tenían extremidades para caminar en tierra, que no las necesitan ahora como cetáceos que son. Que se hallan encontrado esas evidencias fósiles prueban lo que los TJ niegan: Existieron especies intermedias entre distintos géneros actuales.

Eso habría sido imposible si cada especie creada debía ser inmutable “según su género” siempre.

El problema se presenta cuando le pides a ellos si pueden mostrarte cuáles son los “géneros” creados de animales y plantas, es decir, de pasar de la mera idea conceptual imaginaria a la realidad. En ese momento dejan de  “conversar amablemente” y se retiran victimizándose, haciendo agua inmediatamente.

Es que no tienen la más mínima idea de qué tipo de animal o planta es cada género creado por Dios del cual tanto hablan.

Para ellos en modo natural, intuitivo, cualquier criatura es creada por Dios, con lo cual están simplemente admitiendo que Dios crea siempre, no en un momento determinado del pasado.

La idea de “género básico” que ellos tratan de instalar de manera “académica” transmite la diversidad de cada “género creado”, y significa para ellos una forma de vida creada por Dios según el Génesis del cual descendieron todas las distintas variedades del mismo género religioso, lo que en ciencia equivale al concepto de subespecies y razas de cada especie descendientes de un ancestro común de una época determinada.

Negar eso e insistir en su postura tan confusa es un absurdo típico de ignorantes, fanáticos y obsecuentes.


domingo, 31 de diciembre de 2023

Están los testigos de Jehová dirigidos por el ángel de la oscuridad

Ap.9:2, 3, 11:

“…y del hoyo ascendió humo como el humo de un gran horno, y el sol fue oscurecido, también el aire, por el humo del hoyo. Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio autoridad, la misma autoridad que tienen los escorpiones de la tierra. …Tienen sobre ellas un rey, el ángel del abismo. En hebreo su nombre es Abadón, pero en griego tiene el nombre Apolión.”

Hacia finales del siglo XVIII, Emanuel Swedenborg en su obra Apocalipsis Revelado, cuando de un modo como nadie explica el significado del cap.9:1-11, donde se habla del ángel (mensajero) del abismo cuyo nombre es Abadón en hebreo, o Apolión en griego, que comanda al ejército de langostas que torturaba a cierta clase de personas, brinda la siguiente explicación versículo por versículo:

“Verso 1. "El quinto ángel sonó" significa la exploración y manifestación de los estados de vida de aquellos en la iglesia de los reformados, que son llamados sabios y eruditos de la confirmación de la fe separada de la caridad, y de la justificación y la salvación por la sola fe (n.419). "Y vi una estrella caer del cielo a la tierra" significa la verdad divina espiritual que fluye del cielo a la iglesia con ellos y que explora y se manifiesta (n.420). "Y se le dio la llave del pozo del abismo" significa la apertura de su infierno (n.421). Verso 2. "Y abrió la fosa del abismo, y subió el humo del pozo, como el humo de un gran horno" significa las falsedades de las concupiscencias del hombre natural que brota de sus malvados amores (n.422). "Y el sol y el aire se oscurecieron del humo del pozo" significa que desde allí la luz de la verdad se convirtió en espesa oscuridad (n.423). Verso 3. "Y del humo salieron langostas sobre la tierra" significa que de ellos salieron falsedades hasta las cosas más bajas, como las que tienen los que se han vuelto sensuales, y ven y juzgan todas las cosas de los sentidos y sus falacias (n.424). "Y a ellos se les dio poder, así como los escorpiones de la tierra tienen poder", significa el poder de persuadir que sus falsedades son verdades (n.425). Verso 4. "Y se les dijo que no deberían herir a la hierba de la tierra, ni cualquier cosa verde, ni ningún árbol; solo a los hombres que no tenían el sello de Dios en sus frentes" significa la divina providencia del Señor, que no pueden quitar ninguna verdad y bien de la fe, ni el afecto y la percepción de esa verdad y ese bien, excepto a los que no están en la caridad y, en consecuencia, no están en la fe (n.426). Verso 5. "Y les fue dado que no los matasen, sino que los atormentaran cinco meses" significa que ninguno de ellos debería poder quitar la facultad de comprender y desear la verdad y el bien, sino que solo deberían ser capaces de provocar el estupor por un corto tiempo (n.427). "Y su tormento fue como el tormento de un escorpión cuando golpea a un hombre" significa que esto es por su poder persuasivo (n.428). Verso 6. "Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, y no la encontrarán; y desearán morir, y la muerte huirá de ellos" significa que quieren, en las cosas de la fe, que el entendimiento se cierre y la voluntad se obstruya, para que resulte que la luz y la vida espiritual se extingan, pero esto no puede hacerse (n.429). Verso 7. "Y las imágenes de la langosta" significan las apariencias y las imágenes de aquellos que han confirmado en sí mismos la fe separada de la caridad (n.430). "Fueron como caballos preparados para la guerra" significa que, debido a que pueden razonar, se parecen a sí mismos como si estuvieran combatiendo desde el entendimiento de la verdad de la Palabra (n.431). "Y sobre sus cabezas como si fueran coronas de oro" significa que se aparecieron a sí mismos como si fueran conquistadores (n.432). "Y sus rostros eran como los rostros de los hombres (ανθρωπων)" significa que se parecían a sí mismos como si fueran sabios (n.433). Verso 8. “Tenían el pelo como el pelo de las mujeres (γυναικων)”. Parecían tener un afecto por la verdad (n.434). "Y sus dientes eran como los dientes de los leones" significa que las cosas sensuales, que son lo último de la vida del hombre natural, aparecieron con ellos para tener poder sobre todas las cosas (n.435). Verso 9. "Y tenían corazas, como corazas de hierro" significa que los argumentos de las falacias, por las cuales luchan y prevalecen, les parecieron tan poderosos que no pudieron ser refutados (436). "Y la voz de sus alas era como la voz de los carros de muchos caballos corriendo a la guerra" significa sus razonamientos como si fueran de las verdades de la doctrina de la Palabra entendida por completo, por lo que deben luchar ardientemente (n.437). El versículo 10. "Y tenían colas semejantes a escorpiones" significa las verdades de la Palabra falsificadas, por las que inducen el estupor (n.438). "Y había aguijones en sus colas, y su poder era herir a los hombres cinco meses" significa sutiles falsificaciones de la Palabra, por las cuales oscurecen y fascinan el entendimiento durante un corto tiempo, y así engañan y cautivan (n.439). Verso 11. "Y tenían un rey sobre ellos, el ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego el nombre Apollyon" significa que están en el infierno satánico que están en falsedades de lujuria y por la total falsificación de la Palabra, han destruido la iglesia (n.440).”

Para mayor información sobre los significados expuestos ir a: Apocalipsis Revelado cap.9 en adelante, pudiendo ir al link de la explicación más detallada de cada versículo introduciendo el número respectivo indicado al final de la oración (ejemplo: n.431, etc.)

Swedenborg sería el primer testigo al revelar el significado de este libro con tanto detalle, como esta porción del capítulo tratado . Nadie más lo ha hecho a ese nivel, en dónde ninguna palabra se encuentra sin un sentido oculto que la mayoría desconoce.

El significado de ese capítulo tiene que ver con lo que da en llamar el estado de exploración y manifestación de los estados de vida de los cristianos protestantes. ¿Cuál era su estado de vida espiritual? Pues, a pesar de tener una apariencia de sabios, estaban en oscuridad, sufriendo el escozor de las picaduras de sus falsas enseñanzas.

Ahora, nada mejor que dos testigos para zanjar un asunto, donde además de Swedenborg algún otro también lo corrobore.

¿Quién creen que en el siglo XX revelan que ese capítulo les aplica a ellos?

¡Los propios testigos de Jehová!

Esta religión ha sido una secta procedente de religiones protestantes, su principal oponente ha sido y sigue siendo la iglesia católica, siendo para ellos el vaticano el anticristo.

Y ellos mismos se aplican este pasaje de Apocalipsis, de un modo realmente hasta absurdo:

Revelación 9:1-12 también habla de una plaga de langostas, que Jehová envía bajo el mando de “un rey, el ángel del abismo”, quien es nada menos que Cristo Jesús. Sus nombres Abadón (en hebreo) y Apolión (en griego) significan “Destrucción” y “Destructor” respectivamente. Estas langostas representan al resto ungido de cristianos que, ahora en el día del Señor, salen a devastar los pastos de la cristiandad mediante desenmascarar por completo la religión falsa y proclamar la venganza de Jehová sobre ella.” (WT1992)

¿Qué Abadón o Apolión es Cristo Jesús, un ángel de abismo?

¡Más contradictorio no podría ser!

Esto es porque razonan así sobre este mensajero del abismo:

“Término griego que empleó el apóstol Juan en Revelación 9:11 para traducir el hebreo “Abadón”. Significa “Destructor”, y es el nombre que se le da al “ángel del abismo”. Aunque la mayor parte de las obras de consulta atribuyen este nombre a una fuerza o personaje maligno, todo el contexto de la visión apocalíptica contradice esta opinión, pues se refiere consecuentemente a ángeles que Dios usa para traer ayes sobre sus enemigos.” (Perspicacia…)

No obstante, el mismo contexto específico de esos versículos no muestra tal cosa, más bien se muestra que este ángel no es el mismo que hace sonar la quinta trompeta, donde ese si es de Dios, sino que es “del abismo”, de la oscuridad, de donde emana un humo que oscurece al Sol impidiendo que llegue su luz, y afecta hasta el aire que se respira (la espiritualidad), sin duda un humo cegador y pestilente, que tal como lo describe perfectamente Swedenborg, este mensajero y sus comandados representan al ángel de la falsedad, de la mentira y el engaño cristiano, un líder que procede como procede el mismo Diablo, engañando solamente a aquellos que no se han tomado el tiempo de analizar debidamente lo que leen y reciben como enseñanzas de la Biblia.

Tampoco tienen nada que ver con la “estrella” que cae a la tierra, ni con aquél a quién se le da la llave que abre el pozo del abismo para dejar salir lo que había allí dentro.

El ángel del abismo y rey sobre las langostas es nada menos que el reino satánico del mal y la falsedad.

Por cierto, no aplica solamente a los TJ, sino a todos los protestantes en sus distintas denominaciones, pero sin duda alguna, entre los más conspicuos, los TJ se destacan a sí mismos como los más aguerridos combatientes, ¡y ellos muy felices de serlo sin darse cuenta a las órdenes de quién se encuentran, imaginando que están a las órdenes de su "rey" Cristo Jesús, cuando realmente están a las órdenes de otro totalmente opuesto!

A diferencia de Swedenborg, los testigos de Jehová no pueden entender cada versículo y las muchas palabras utilizadas como símbolos, tales como “abismo”, "estrella", "llave", “humo”, “langosta”, “caballos”, “hombres”, “mujeres”, “diente”, “león”, etc. Esto es debido a que se encuentran en oscuridad espiritual. A pesar de eso, han entendido que ese pasaje los representa a ellos en su labor de atormentar espiritualmente a los cristianos de la tierra.

¡Que bueno que lo reconozcan!

En otras palabras, el cristianismo protestante forma parte de todo lo que se manifiesta en esos versos, y los TJ son uno más de ellos, y ellos mismos, en su propio desconocimiento, se sienten parte de la oscuridad y el humo, pero creyendo que lo son de la luz y el bien.

Y por boca de dos testigos todo asunto queda zanjado, ¿no? (Deut.17:6; Mat.18:16; 2Cor.13:1).

Los testigos de Jehová cumplen muy bien, y hasta mejor que nadie, con el papel de engañar a los cristianos, como resultado de estar en males y falsedades espirituales con tanto empeño, todo para ver si reaccionan al escozor de las picaduras y puedan darse cuenta de su doloroso estado espiritual, aspecto que solamente surge desde lo más profundo de cada ser y es guiado por la providencia divina.

En vez de eso, muchos creen que en esa oscuridad y aire enrarecido en el que se encuentran (en sus distintas religiones cristianas, protestantes según Swedenborg) y entre los que se someten a sus enseñanzas falsificadas, se encuentra la verdad de Dios, entre ellas, la de los TJ, como la única religión verdadera.

Pero esto solo es producto de la persuasión y el engaño.

Más bien, cualquiera entiende que la verdad de Dios se encuentra en otra parte, en la mentalidad que lleva a una conducta libre de males y falsedades, que no atormenta a nadie sino que vivifica y da paz y gozo.

Pero esa condición no puede estar en las langostas ni en el ángel del abismo, quienes representan la más profunda oscuridad, dolor y destrucción espiritual.

Por algo el significado del su nombre se dice que es "Destrucción" y "Destructor". Destruyen la espiritualidad sana y verdadera a todos a quienes influye.

Por lo tanto, la respuesta a la pregunta es afirmativa, pero no aplica solo a los TJ, sino a lo ya mencionado, al conjunto de cristianos diferenciados de los católicos del mundo anglosajón.

El entero capítulo aplica a los falsos cristianos, pero dividido en tres segmentos en función de la posición de cada uno manifestados luego por el sexto ángel que toca la trompeta.

Pero, curiosamente, los propios TJ se adjudican que ellos cumplen esa profecía como langostas dirigidas por su comandante de la oscuridad abismal, así como el ejército de caballería de los restantes versículos del capítulo (mr.2004; libro Apocalipsis, se acerca su…).

¡Excelente confesión!

                                                                  -----------------







sábado, 2 de diciembre de 2023

¿Cómo comenzó el universo? ¿Existió siempre o tuvo un principio?


 Es una pregunta subida a Quora, y quien recibió más votos positivos es un TJ, Jason R, quien respondió mediante copy-past lo siguiente:

“Para evitar el problema de la creación sería necesario que todo el material del universo fuese infinitamente viejo, lo que no puede ser… El hidrógeno se está convirtiendo constantemente en helio… ¿Cómo es entonces que el universo está compuesto casi enteramente de hidrógeno? Si la materia fuera infinitamente vieja resultaría por completo imposible. Así vemos que, siendo el universo lo que es, la cuestión de su creación no puede ser dejada simplemente de lado”. —La naturaleza del universo, Sir Fred Hoyle (destacado astrofísico y astrónomo).

¿Qué interés pueden tener los testigos de Jehová en hacer y responder una pregunta sobre física teórica?

Durante mucho tiempo también me preguntaba sobre qué interés podían tener ciertos creyentes, como los testigos de Jehová, en exponer su posición respecto a los creacionistas de la tierra joven (YEC en inglés) para decir que su doctrina basada en la Biblia no está acorde a la ciencia, estando equivocada y por tanto era falsa, mientras que la de ellos, por ser creacionistas de la tierra vieja (OEC en inglés), estaban enseñando la verdad de la Biblia y en armonía con la ciencia; hasta que me di cuenta de cuál era la razón.

¿Estaba Hoyle estableciendo el hecho de que el universo tuvo que ser creado de la nada por el Dios de alguna religión como aparentemente deducen muchos a partir de una cita sacada de contexto de su libro?

Copio a continuación la cita completa, dejando sin resaltar las partes de la misma que han sido tomadas y publicadas por los testigos de Jehová y resaltando lo eliminado:

Tal vez pienses que toda la cuestión de la creación del Universo podría evitarse de alguna manera. Pero esto no es así. Para evitar la cuestión de la creación sería necesario que toda la materia del Universo fuera infinitamente vieja, y esto no puede ser por una razón muy práctica. Porque si esto fuera así, no quedaría hidrógeno en el Universo. Como creo haber demostrado cuando hablé del interior de las estrellas, el hidrógeno se está convirtiendo constantemente en helio en todo el Universo y esta conversión es un proceso unidireccional, es decir, no se puede producir hidrógeno en cantidad apreciable a través de la descomposición de los demás elementos. ¿Cómo es posible entonces que el Universo esté compuesto casi exclusivamente de hidrógeno? Si la materia fuera infinitamente vieja, esto sería absolutamente imposible. Así que vemos que siendo el Universo lo que es, la cuestión de la creación simplemente no se puede eludir. Y creo que de todas las diversas posibilidades que se han sugerido, la creación continua es sin duda la más satisfactoria.”

Todo lo que se encuentra resaltado en negrita es lo que fue eliminado de la cita, donde la parte final es la más importante. ¿Por qué? Ya se pueden dar una idea. El principal interés religioso es transmitir que Hoyle solo dijera que “la creación simplemente no se puede eludir” sin definir de qué tipo de creación se habla por una cuestión del hidrógeno que casi nadie entiende.

Él estaba hablando de la creación de los elementos (carbono, oxígeno, calcio, hierro, etc.), los cuales la mayoría se producen en las estrellas, pero para eso necesitan materia prima, que es principalmente el hidrógeno, y éste no se forma en las estrellas sino que está presente en la forma de nubes de gas. ¿De dónde viene ese hidrógeno que abunda por todas partes en el universo?

En los párrafos siguientes Hoyle propone la formación o creación constante de hidrógeno en la medida que el universo se expande.

Quien responde copia unas oraciones que son parte de la biblioteca de la WT, muy acostumbrada a sacar citas fuera de contexto y también en basarse en titulares periodísticos engañosos.

Su objetivo principal es establecer por un lado la falacia de autoridad (al mencionar el origen de la cita diciendo: Sir Fred Hoyle (destacado astrofísico y astrónomo), y encima hacerlo de manera deshonesta, para persuadir a incautos y convencerlos de su predicación y hacer prosélitos para su Dios Jehová, para luego vivir a costa de ellos al someterlos con el engaño de que solo si continúan siempre así de obedientes van a ser salvos.

Tengamos en cuenta que estamos tratando en este caso específico un tema de física teórica, no es parte de la ciencia dura ni aplicada de la astrofísica, sino su parte más especulativa, que a su vez es la más dudosa para la mayoría, porque es algo muy complejo de entender. Con lo poco que sabemos del espacio exterior a partir de experimentos y datos científicos recabados del conocimiento de la energía atómica y la física relativista y la cuántica, que hasta el día de hoy siguen separadas, se proyectan propuestas con toda clase de cálculos matemáticos. Y Hoyle, bastante años ya, estaba tratando el tema de la expansión y la edad del universo en el marco particular de su convencimiento de que era eterno, es decir, que nunca había sido creado de la nada.

Es importante recordar que nada viene de la nada, eso es un hecho, y la materia no puede venir del espíritu, al ser dos cosas distintas.

Si bien hoy día la idea de Hoyle de un universo eterno que se recrea constantemente ha sido descartada, su filosofía puede tener algún día un reconocimiento mayor. He leído muchas argumentaciones en contra de un universo eterno, y en verdad no son concluyentes. Se parece mucho a las creencias religiosas, que son defendidas más por otras razones que por sapiencia.

Fred Hoyle ha sido muy usado por muchos líderes religiosos para traer agua (miembros creyentes temerosos) a su molino. Faltaría decir que “Sir Fred Hoyle (destacado astrofísico y astrónomo)” da pruebas de la mismísima existencia de Jehová.

Y en cierto modo lo hace, pero no de la manera que los creyentes como Jason y sus amigos piensan.

El libro La Naturaleza del Universo, en inglés The Nature of the Universe, publicado a partir de una serie de conferencias de radio sobre astronomía para la BBC en 1950, fue conocido en español recién en 1961. Sus propuestas las mantuvo hasta el fin de sus días, falleciendo en el año 2001.

¿Qué pensaba Hoyle?

“Para él, la idea de que el universo tuvo un comienzo era una pseudociencia "porque es un proceso irracional y no puede describirse en términos científicos" que se asemejaba a argumentos para un creador (ver argumento cosmológico Kalām). En una entrevista de la BBC dijo: "La razón por la que a los científicos les gusta el Big Bang es porque están eclipsados ​​por el libro del Génesis. Está en lo profundo de la psique de la mayoría de los científicos creer en la primera página del Génesis". Fue Hoyle mismo quien acuñó el término "Big Bang" en la transmisión del tercer programa de radio de la BBC el 28 de marzo de 1949.” [1]

“Hoyle era un ferviente defensor de que el universo siempre ha existido (i. e. teoría del universo estacionario), es decir, que no tiene ni principio ni fin.”[2]

“Hoyle creía en la creación continua de Universos, en una eternidad -sin comienzo- de creaciones incesantes. Junto al astrofísico Hayan Narlikar –indio también- sostuvo que nuestro Universo recibía materia de otros universos...”[3]
Si nos adentramos en la manera de pensar de Hoyle, pionero de la teoría de la nucleosíntesis propuesta en 1946 y que hoy día se encuentra vigente, encontramos que de ninguna manera la cita mencionada en la respuesta aludida acaba el tema, ya que él creía que el hidrógeno también se formaba, no que tuviese que ser creado por Dios inicialmente, ni continuamente, sino que de alguna manera se generaba hidrógeno nuevo de manera constante en la medida que el universo se expandía. [1] 

En los párrafos siguientes de su libro lo expone claramente, pasaje sobre el cual nadie está enterado a menos que haya comprado y leído su libro. Casi seguro que los de la WT poseen ese libro y están al tanto de la hipótesis de Hoyle, pero nunca dirán nada de eso, porque otra es su intención, la de manipular las citas para su provecho.

Hoy día, a pesar del gran avance en el saber, decir que todo el hidrógeno se formó al comienzo del Big-Bang es tan hipotético como decir lo que Hoyle, pero al menos él era más lógico al proponer algún tipo de hipótesis en su posible mecanismo, mientras que el Bing-Bang se atasca completamente en pretender explicarlo sin dejar el tema entregado a la magia absoluta.

Quizás se descubra que el hidrógeno, la materia prima para formar los elementos más pesados, cuando ese proceso de formación de elementos más pesados en todos los lugares del espacio en los que se encuentra sea mayor a la cantidad de hidrógeno restante, todo ese material resulte engullido por un agujero negro, y allí se desintegra y recicla todo, reapareciendo nuevamente hidrógeno libre para dar paso a la existencia de otro nuevo ciclo, mediante el cual se forman de nuevo todos los demás elementos más pesados.

Dada la incertidumbre científica sobre la formación del hidrógeno y el propio Big-Bang, especialmente el momento cero así como el previo, los creyentes usan esta situación como medio para introducir la presencia de un Dios que crea la materia de la nada.

En otras palabras, lo que parece magia por no tener explicación, eso es de Dios, y luego, todos los mandatos divinos a cumplir para salvarse, en especial, la donación y mantener a los predicadores.

Su retórica consiste en trabajar sobre la ignorancia, usando argumentos apoyados en la ignorancia (ad ignorantiam), y al ocultar lo inconveniente logran que muchos crean completamente convencidos que ese Dios es una persona que se llama Jehová, el Mago Supremo, y todo lo que ellos enseñen sobre ese Dios es la suprema verdad.

El problema no es tanto sobre aceptar la existencia de un Dios incognoscible, sino de tener que aceptar su manera tan distorsionada, psicótica y evasiva de tratar con la humanidad según algunos creyentes lo predican.

Pretender que se comunica con la humanidad mediante viejos escritos en hebreo y griego antiguo requiriendo a una ingente cantidad de especialistas para poder realizar todas las distintas traducciones existentes, con muchos errores e incertidumbres, repletos de sesgos y tradiciones humanas, y cuya sola explicación o correcta interpretación puede provenir de aquellos que dicen ser sus profetas, hoy día sindicada en una sola religión verdadera que se atribuye ella misma tal rol, resulta infantil y hasta deplorable para un supuesto Dios tan excelso como es pintado por los propios creyentes. Más bien se parece más a una inteligencia torpe y denigrante.

La idea que los científicos puedan tener de Dios son personales, y muy poco tienen que ver con la teología humana de las distintas religiones. Las creencias se adaptan a las capacidades de las pobres almas que nos ha tocado vivir en esta cárcel llamada planeta tierra en la inmensidad infinita del universo, y las búsquedas de los más capaces se centran más en todo aquello que tenga cierta lógica y posibilidad de comprobación.

No solo Hoyle tenía una idea muy particular sobre la existencia de la materia inerte, sino también en lo concerniente al tema más controvertido, el relacionado con el origen de la vida en la tierra.


[1] Hoyle “explicó el supuesto de una creación permanente de protones y electrones, que pasan a formar hidrógeno, que luego se agrupa en estrellas y galaxias.” https://www.astrojem.net/teoria-del-universo-estacionario-es-un-modelo-que-tuvo-defensores/

“Hoyle creía que todo había sido planeado por una civilización súper inteligente que quiso "sembrar" el planeta Tierra. Este concepto inspiró una de sus novelas, "La Nube Negra", publicada en 1957.” (ver ref.1)

“En 1982, Hoyle presentó Evolution from Space para la Omni Lecture de la Royal Institution. Después de considerar lo que él consideraba una posibilidad muy remota de abiogénesis basada en la Tierra, concluyó:

«Si se procede directa y llanamente en este asunto, sin dejarse desviar por el temor de incurrir en la ira de la opinión científica, se llega a la conclusión de que los biomateriales con su asombrosa medida de orden deben ser el resultado de un diseño inteligente. No se me ha ocurrido otra posibilidad...»” (Ver ref.1)

La idea del diseño inteligente, tema de un libro del mismo Hoyle, más que la idea de un Único Dios que crea de la nada la materia, percibe el factor de la inteligencia y no la de un Dios al que se debe adorar mediante rituales específicos y con creencias únicas en un marco impositivo de demostración de lealtad extrema a ultranza a cambio de poder vivir un tiempo, sino de un “Dios” que puede ser manifiesto como lo es la inteligencia y creatividad humana, pero en este caso, también existente en otros seres más inteligentes que nosotros, quienes pudieron ser los responsables de la formación y guía del proceso de la vida en la tierra desde alguna región desconocida.

Hoyle creía que dicha inteligencia presente en tales seres pudo ser la responsable de la aparición de la vida y del propio ser humano.

Tendríamos lo que en tiempos antiguos llamaban dioses y demiurgo.

De allí que en relación al mundo cósmico material, más que un “Dios creador de la nada”, a lo sumo, en la cúspide, existiría una deidad modeladora, o si se quiere, un “Dios Modelador”, sea de “sí mismo” o de la materia como algo ajeno a Él, propio de una inteligencia universal operativa en lo eternamente existente, y la existencia de otras inteligencias que también pueden crear.

El afamado astrofísico consideraba como real la existencia de la vida en la tierra en millones de años y entendió que el humano prehistórico realmente existió. 

“Considero que todos los genes que tenemos ya estaban aquí, y el evento que los agregó a la Tierra fue hace 570 millones de años. Ya sabes, el comienzo del Cámbrico, ese gran evento. Y que todo lo que hemos utilizado posteriormente ha sido simplemente una cuestión de permutar y combinar lo que entraba en ese momento. Esa es la única forma en que puedo ver, que me siento cómodo con la lógica.” (ver ref.1)

Esta realidad descubierta científicamente solo encaja en la actividad creadora de dioses o demiurgos y no en la de una sola persona que fuese el Único Dios, obsesionado con tener una religión y adoradores que le rindan pleitesía y obediencia absoluta a cambio de seguir vivos en este insignificante planeta perdido en la inmensidad sin límites del universo.

La vida es tan eterna como lo sería el universo. Cualquiera puede estar de acuerdo o no con esta idea, pero eso importa poco si no le resulta útil a su vida y en su entorno, donde todos debemos respetarnos mutuamente, ya que todos cabalgamos sobre los corceles de la ignorancia.

En cambio, los testigos de Jehová, los únicos predicadores de la verdadera religión según ellos mismos lo publicitan, y al estilo que mencioné antes, presumen tener la verdad leyéndola de la Biblia, y enseñan basados en ella que el universo ha sido creado de la nada por Jehová posiblemente hace 13 mil 800 millones de años, rimando de ese modo con los números calculados por la ciencia, luego, que la tierra y el sistema solar pudo ser creado 8 mil 800 millones de años después por Jehová, esto es, unos 5.000 millones de años atrás, como también han descubierto los científicos a partir de lo ya existente; pero la vida, vegetal en este caso, fue creada por Jehová recién solo hace 34 mil años, en donde los dinosaurios terrestres solo tienen unos 13 mil años de antigüedad como máximo, y el humano fue creado por Jehová hace solamente 6 mil años, con lo cual el hombre prehistórico es una falacia y las edades geológicas marcadas por restos de vida una mentira científica, una especie de conspiración atea.

Una doctrina de este tipo es fundamental para poder enarbolar al tipo de Dios que solo se comunica con la humanidad a partir de viejos libros coleccionados por los judíos llamada Biblia, uno al que llaman Jehová, tal como es en el que ellos creen. Y solo se diferencian de los YEC en cuanto a la aparición de la vida por unos pocos miles de años, nada más.

Cualquiera que no aceptase la interpretación de ellos extraída de su particular lectura de la Biblia está condenado para siempre, y llega a ser culpable de sangre hasta por omisión, y merecedor de la muerte eterna.

Y aquí es cuando la cosa se pone tenebrosa, imposible de obviar.

No se le ocurra a nadie dentro de sus filas objetar enseñanzas de ese tipo, exponiendo malas interpretaciones de textos bíblicos o que sus presuntas explicaciones “científicas” están equivocadas, o son falsas y engañosas.

Por tal motivo sudan para sostener sus prédicas a ultranza, ya que si no lo hacen de modo sofista, toda la doctrina se cae abajo como un castillo de naipes. Por eso evitan tratar este y otros temas con cualquiera que se los plantee. Solo discuten con los YEC textos bíblicos, y también solo se adentran en terrenos del tipo científico para poder engañar a los novatos y a los de escasa educación, que pobrecitos, no pueden darse cuenta que los engañan, porque usufructúan su confianza y sensibilidad común humana que se encuentra atada al propio error que el sentir lleva por la limitación natural animal del humano.

Por más que Sir Fred Hoyle creyera en una súper inteligencia universal y en inteligencias superiores, de ninguna manera aceptaría semejante hipótesis teológica como digna de crédito en base a los descubrimientos científicos establecidos.

La misma realidad destruye el relato doctrinal de esa religión “verdadera”. Por eso ocultan este tema y lo desvían todo lo que pueden, porque saben que de tratarlo, se destruyen solos.

¡Hasta hay personajes que presentándose como testigos de Jehová afirman que lo por mí expresado es falso y que ellos aceptan los hechos descubiertos sobre la antigüedad de la vida sobre este planeta! ¡Es increíble hasta dónde pueden llegar con sus mentiras!

Por eso los predicadores proselitistas de Jehová siempre insisten y hacen uso de la falacia de autoridad y de la ignorancia, dejando de lado lo que les resulta inconveniente procedente de la misma autoridad a la que acuden en su ayuda para promocionarse.

Eso se denomina deshonestidad intelectual, por no decir directamente que son simples vendedores ambulantes embusteros de falsas esperanzas, tratando de captar a los caídos y despistados del mundo.

Y en este mundo hay miles de millones de almas turbadas capaces de creer cualquier cosa y cometer (o esperar que Dios lo haga) los más horrendos crímenes en nombre de Dios.

Copio a continuación los párrafos siguientes al citado por los testigos de Jehová extraído del párrafo citado en partes:

De las página 114 a 116 del libro de Fred Hoyle en: https://archive.org/details/natureofuniverse00fred

«Tal vez pienses que toda la cuestión de la creación del Universo podría evitarse de alguna manera. Pero esto no es así. Para evitar la cuestión de la creación sería necesario que toda la materia del Universo fuera infinitamente vieja, y esto no puede ser por una razón muy práctica. Porque si esto fuera así, no quedaría hidrógeno en el Universo. Como creo haber demostrado cuando hablé del interior de las estrellas, el hidrógeno se está convirtiendo constantemente en helio en todo el Universo y esta conversión es un proceso unidireccional, es decir, no se puede producir hidrógeno en cantidad apreciable a partir de la descomposición de los demás elementos. ¿Cómo es posible entonces que el Universo esté compuesto casi exclusivamente de hidrógeno? Si la materia fuera infinitamente vieja, esto sería absolutamente imposible. Así que vemos que siendo el Universo lo que es, la cuestión de la creación simplemente no se puede eludir. Y creo que de todas las diversas posibilidades que se han sugerido, la creación continua es sin duda la más satisfactoria.

Ahora bien, ¿cuáles son las consecuencias de la creación continua? Quizás el resultado más sorprendente de la teoría matemática es que la densidad media del material de fondo debe permanecer constante. El nuevo material no aparece de forma concentrada en pequeñas regiones localizadas sino que se extiende por todo el espacio. El ritmo medio de aparición de la materia equivale a no más que la creación de un átomo en el transcurso de aproximadamente un año en un volumen igual al de un rascacielos de tamaño moderado. Como comprenderás, sería prácticamente imposible detectar tal ritmo de creación mediante experimentos directos. Pero aunque esto parece un ritmo muy lento cuando se lo juzga con ideas comunes, no es pequeño si se considera que está sucediendo en todas partes del espacio. La velocidad total sólo para el universo observable es de aproximadamente cien millones, millones, millones, millones, millones de toneladas por segundo. No dejes que esto te sorprenda porque, como he dicho, el volumen del universo observable es muy grande. De hecho, ahora debo dejar bastante claro que aquí tenemos la respuesta a nuestra pregunta: ¿Por qué se expande el Universo? Porque es esta creación la que impulsa el Universo. El nuevo material produce una presión hacia afuera que conduce a una expansión constante. Pero hace mucho más que eso. Con la creación continua se supera por completo la aparente contradicción entre la expansión del Universo y la exigencia de que el material de fondo pueda condensarse en galaxias. Porque se puede demostrar que una vez que se produce una irregularidad en el material de fondo, eventualmente se debe formar una galaxia. Estas irregularidades se producen constantemente por el efecto gravitacional de las propias galaxias. Porque el campo gravitacional de las galaxias perturba el material de fondo y provoca que se formen irregularidades en su interior. Por tanto, el material de fondo debe proporcionar un suministro constante de nuevas galaxias. Además, el material creado también suministra cantidades infinitas de energía atómica, ya que al disponer que el material recién creado esté compuesto de hidrógeno, explicamos por qué, a pesar de que el hidrógeno se consume en grandes cantidades en las estrellas, el Universo observado está compuesto abrumadoramente por él.

Ahora debemos dejar por un momento esta extraordinaria cuestión de la creación continua para considerar la cuestión de qué hay más allá de la parte observable del Universo. En primer lugar, déjenme preguntar: ¿Tiene esta pregunta algún significado? Según la teoría sí lo tiene. La teoría requiere que las galaxias existan para siempre, aunque no podamos verlas. Es decir, las galaxias se están expandiendo hacia un espacio infinito. Todo esto no tiene fin. Y es más, aparte de la posibilidad de que existan algunas galaxias anormales, un bit de este espacio infinito se comportará de la misma manera que cualquier otro bit.

Lo mismo se aplica al tiempo. Habrás notado que he utilizado los conceptos de espacio y tiempo como si pudieran tratarse por separado. Según la teoría de la relatividad esto es algo peligroso. Pero sucede que se puede hacer impunemente en nuestro Universo, aunque es fácil imaginar otros universos donde no se podría hacer. Lo que quiero decir con esto es que se puede hacer una división entre el espacio y el tiempo y esta división se puede utilizar en todo nuestro Universo. Esta es una propiedad muy importante y especial de nuestro Universo, que creo que es importante tener en cuenta al formar las ecuaciones que deciden la forma en que se crea la materia.» Páginas 114 a 116 del libro La naturaleza del Universo.

Al menos, la manera de pensar de Hoyle en la que intenta explicar la formación del hidrógeno de otra manera a la propuesta por la teoría del Big-Bang, permite dejar de lado una explicación concentrada solo en la singularidad como causa de ello incorporando la expansión. Si tenemos en cuenta que la singularidad es extremadamente masiva, posee correlación con la idea de los agujeros negros, y la materia “desaparecida” en ellos puede “reaparecer” como primordial en otra parte y continuar sus ciclos indefinidamente.

En un documento de divulgación de la American Chemical Society, expresa:

“A excepción del hidrógeno, que surgió cuando se formó el universo a través de la explosión Big Bang, todos los elementos de la Tierra se cocinaron dentro de las estrellas y luego fueron liberados al universo a través de explosiones supernova. El nitrógeno en nuestro ADN, el calcio en nuestros dientes, el hierro en nuestra sangre y el carbono en nuestras tartas de manzana fueron formados en el interior de estrellas. El oro de las joyas, el tungsteno en las bombillas de luz y la plata en la vajilla fueron originados en explosiones estelares. Nosotros mismos estamos compuestos por “materia estelar”.

La idea científica actual es mayoritariamente tal como lo expresa el documento, en que a diferencia de todos los demás elementos solo el hidrógeno (y algo de Helio y Litio) se formó inicialmente en el Big-Bang durante la llamada Nucleosíntesis Primordial, si es que hubo un tal Mono-Big-Bang, porque científicamente resulta imposible explicar de manera completa el Big-Bang. A pesar de todos los cálculos y suposiciones acaba por ser tan imaginario como la idea imaginaria de Dios. Por ejemplo, para que encajase matemáticamente tuvo que ser aceptada la idea de la existencia de materia oscura (invisible).

En Quora, un tal Jim Ashby trae una cita de Hoyle en la que menciona:

«¿No se diría usted a sí mismo: "Algún intelecto supercalculador debe haber diseñado las propiedades del átomo de carbono; de lo contrario, la posibilidad de que yo encuentre tal átomo a través de las fuerzas ciegas de la naturaleza sería completamente minúscula? Una interpretación de los hechos con sentido común sugiere que un superintelecto ha jugado con la física, así como con la química y la biología, y que no hay fuerzas ciegas de las que valga la pena hablar en la naturaleza. Las cifras que uno calcula a partir de los hechos me parecen tan abrumadoras que ponen esta conclusión casi fuera de toda duda.»

“Pero eso no lo convierte en un teísta. Fue un defensor de la teoría de la panspermia, por lo que claramente no creía en ninguna religión revelada. Yo lo etiquetaría, en sus últimos años, como entre agnóstico y panteísta; tal vez un deísta.”

En una página de doesdodexist.org se resume su pensamiento sobre una superinteligencia del siguiente modo:

«Conocido en su juventud como ateo, Hoyle se convirtió en un promotor de la panspermia, la idea de que los extraterrestres han sembrado vida en la Tierra, y se alejó de su ateísmo. Hoyle comparó las posibilidades de que el cosmos naciera por casualidad con un sistema solar de hombres ciegos resolviendo el cubo de Rubik simultáneamente. Hoyle escribió estas palabras:

“'Algún intelecto supercalculador debe haber diseñado las propiedades del átomo de carbono; de lo contrario, la posibilidad de que yo encuentre tal átomo a través de las fuerzas ciegas de la naturaleza sería completamente minúscula'. … Una interpretación de sentido común de los hechos sugiere que un superintelecto ha jugado con la física, así como con la química y la biología, y que no hay fuerzas ciegas de las que valga la pena hablar en la naturaleza. Las cifras que uno calcula a partir de los hechos me parecen tan abrumadoras que ponen esta conclusión fuera de toda duda”.

“La cuestión de si el universo tiene un propósito y si el universo es producto del pensamiento es una cuestión fundamental que está muy en el fondo de la mente de todos... Tengo que decir que esta también es mi opinión personal... Hay muchos aspectos del universo donde hay que decir que ha habido coincidencias monstruosas, que podrían haber existido, o, alternativamente, hay un escenario intencionado al que el universo se ajusta”.»

Otra persona, un tal Esteban Sibbald, comenta que: 

“A lo sumo, Fred Hoyle se convirtió en un deísta como Spinoza o Einstein. No parecía creer en una persona divina, sino más bien en una especie de intelecto creativo en la raíz de la existencia.”

Como se podrá notar, hay una enorme diferencia entre aceptar la existencia de una inteligencia suprema y aceptar el dogmatismo religioso de los predicadores de turno de cualesquier religión. Las religiones parecen estar hechas a la medida de la capacidad mental de sus seguidores.

Un tal Al Klein, comenta al respecto: 

“Hoyle, en el momento de su muerte, creía que la vida, tal como la conocemos hoy, “debe haber sido el resultado de alguna inteligencia invisible y que 'existe un plan coherente para el universo, aunque admito que no tengo idea de cuál es'". Entonces, tal vez, tal vez no, pero probablemente.”

Un comentario de Devala Rees muestra su punto de vista de la razón por la cual muchos rechazan el cristianismo y se vuelven ateos:

“Como teísta hindú, creo que la mayoría de los ateos se vuelven ateos por una o ambas de dos razones principales:

  1. Simplemente nunca han tenido ninguna experiencia personal de la Divinidad, entonces ¿por qué pensarían que es real o sentirían una conexión con ella?
Las personas religiosas los han tratado a ellos y/o a sus seres queridos con crueldad, con moralizaciones críticas, calificando de pecaminosos sus impulsos naturales, amenazándolos con el infierno, intentando restringir sus libertades o derechos legales, etc. Por supuesto, esto tendería a alejar a alguien de la religión, especialmente si no están familiarizados con las muchas religiones que no hacen esto (la gran mayoría de las veces, casi todas excepto el cristianismo y el Islam).”

La ‘experiencia personal de la divinidad’ sin duda es una de las razones por las cuales los ateos son ateos. Pero no llamo a eso una visión o imaginación personal, sino una experiencia concretamente empírica con inteligencias de otra dimensión, las cuales también usan nuestro inconsciente para comunicarse con nosotros.

Imagine que puede experimentar directamente una manifestación que sobrepasa cualesquier explicación racional. Les puedo asegurar que si algún ateo hubiera tenido las experiencias que yo tuve, pensaría como Hoyle.

Sin duda alguna existe otra dimensión distinta a la nuestra y que puede, a voluntad, manifestarse en el mundo físico de tal manera que resulte imposible negar su existencia.

Y dichas manifestaciones son acorde a cómo es internamente cada persona, para algunos de burla, para muchos de terror, y para otros de paz.

Para quienes aman la verdad y el bien esas realidades espirituales actúan como protectoras y providenciales en la dura batalla del vivir cotidiano. Y nada de lo que para muchos les puede parecer nefasto de la vida, esos hechos vistos representan lo mismo para la persona amada por la divinidad. La vida en este mundo es pasajera, es para aprender el valor del bien y la verdad en un mundo estructuralmente engañoso. 

No es necesario ser ateo para darse cuenta que el argumento cosmológico para el propósito utilizado está mal estructurado.

El mismo se expresa así: 

1. Todo lo que comenzó a existir tiene una causa.

2. El universo comenzó a existir. Por lo tanto

3. El universo tiene una causa.

Sabemos intuitivamente que todo lo que existe parte de una causa o existencia previa necesaria que le da origen. Es el denominado principio de causalidad. Objetar el punto 1º no tendría sentido en nuestro mundo básicamente casuístico.

Pero, al pasar al punto 2º, ¿cómo sabe el que plantea el argumento que el Universo comenzó a existir, es decir, antes no existía?

Aquí se pasa por alto el argumento platónico que llevó al de Kalam, pasando previamente por Al-Kindi y especialmente por Al-Ghazali,  celosos musulmanes traductores y lectores de la filosofía griega. En Timeo se lee:

“El mundo ha tenido principio. En efecto, el mundo es visible, tangible, corporal; todo lo que tiene estas cualidades es sensible: y todo lo que es sensible y está sometido a la opinión acompañada de la sensación, ya lo sabemos, nace y es engendrado. Además decimos, que todo lo que nace procede de una causa necesariamente.”

Aristóteles mantuvo la idea agregando el concepto del “primer motor inmóvil”,  y Al-Chazali, quién llevó la fe islámica a ser superior a la razón, escribió sobre este argumento:

“Todo ser que comienza tiene una causa para su comienzo; ahora, el mundo es un ser que comienza; por lo tanto, posee una causa para su comienzo.”

Los antiguos consideraban que todo lo que era material era sensible, y de allí razonaban que, por ser finito debió tener comienzo, ser engendrado, debe necesariamente nacer, y por lo tanto, el cosmos o mundo también tiene una causa que lo engendró. Del mismo modo que nacen hijos, del mismo modo para ellos nacieron la tierra, las estrellas, el Sol y la Luna.

Pero en nuestros tiempos tenemos un concepto muy diferente entre lo finito y lo infinito. Solo podemos aplicar ese argumento a toda cosa finita.

En vez de “universo” o cosmos uno podría decir: “tinas de vino”, y el argumento Kalam estaría correcto. Se concluiría que alguien las fabricó, porque razonamos en base al principio de causalidad.

Y para todo lo que vemos en la tierra, todo tuvo una causa. Las montañas, los lagos, los ríos, los mares, las especies de vida, etc. Hasta el siglo XX nadie supo siquiera que existían galaxias, y el planeta tierra y la vida en él se entendía como el resultado de la creación de Dios. Y esa creación era a partir de los elementos ya existentes.

Pero había algo que se desconocía en la antigüedad: son los elementos verdaderos (en la antigüedad eran el aire, el agua, el fuego y la tierra), pero principalmente, las partículas subatómicas elementales que los componen.

Y en ese nuevo marco de realidad, si sobre el Universo por fuera de nuestro mundo, que claramente hoy vemos que es cambiante, donde también vemos comienzos y finales en ciclos, como las estrellas que nacen y mueren, el tema de la aparición de la materia, compuesta de partículas subatómicas elementales, nadie puede asegurar que las mismas son finitas, por lo que cuando intentamos llegar al estado primordial visto en la enorme largura del tiempo, ya nadie sabe si proviene de ciclos eternos o no, entonces la premisa 2º pasa a ser una suposición, y la conclusión aplicada en dicho sentido también termina siendo una suposición.

Hoy sabemos que las causas por las que la casi totalidad de los elementos que componen la materia que vemos en el Universo, que conforma a nuestro planeta mismo, tuvo su origen o comienzo en las estrellas. Y todo lo que vemos forma parte de interminables ciclos de comienzos y finales.

Esto se puede ver según se explica en la teoría de la nucleosíntesis estelar desarrollada durante el siglo XX (fred Hoyle fue el pionero impulsor).

Así, por ejemplo, nuestro Sol y los planetas tuvieron un origen a partir de materia preexistente. El hierro, el silicio, el carbono, oxigeno, nitrógeno, calcio, etc. se originaron en las estrellas. Y luego, sin la existencia de esos elementos, nada posterior puede aparecer (ver discos protoplanetarios). Y esos elementos se van formando (y muy posiblemente desapareciendo, ya que serían finitos) continuamente en distintas regiones del Universo.

Teniendo en mente esta perspectiva nueva, ¿forma Dios los planetas y la vida en la tierra usando las estrellas?

Nadie tampoco lo sabe, porque las cosas se ven y calculan producto de leyes físicas conocidas que se mantienen, reglas presentes en cuatro fuerzas principales, tales como la gravedad, el electromagnetismo, la fuerza nuclear fuerte y la débil.

Si es de ese modo, ¿estableció Dios esas fuerzas y las leyes físicas de la materia y/o crea a partir de ellas?

Tampoco lo sabemos, pero intuitivamente es posible pensar que alguien podría ser responsable de que esas características existieran de la manera que existen y no de otra.

Y tampoco se puede negar la posibilidad de influencia remota o invisible sobre la materia visible. No hace falta ver que alguien hace algo para recién decir que fue quién lo hizo, de otro modo se concluye que nadie lo hizo. A priori tenemos la lógica que nos lleva a suponer lo que no se ve a simple vista.

Un elemento material entre todos los elementos es el hidrógeno, que posee características determinadas por los átomos que lo componen: dos átomos de hidrógeno formado por dos protones y dos electrones, dando lugar a la molécula diatómica, que es la manera en que se presenta estable en el Universo. El electrón es una partícula elemental, y el protón se compone de más de una partícula elemental. Y el hidrógeno es la materia prima para todo lo demás que viene después y llega a existir en el Universo.

Si las partículas subatómicas elementales que componen el hidrógeno no son partículas elementales finitas, el universo en su aspecto de material básico, denominada materia elemental, es eterno, permitiendo a partir de ésta toda la organización posterior compleja y finita que conocemos. Esta realidad descansa en la llamada Ley de la Conservación, que permite que ciertas partículas, como los muones, se desintegren y pasen a formar electrones y neutrinos sin haber estado compuesto por ellos, sino que se formaron o crearon. Pero hay partículas que no se desintegran, manteniéndose inalterables, como ocurre con el electrón.

Lo único que se desconoce se relaciona con el origen del elemento más abundante en el Universo, justamente el hidrógeno, que es la materia prima del Universo por constituirse en el elemento a partir del cual proceden todos los demás, atribuida su formación en un momento muy temprano después del Big-Bang, denominado nucleosíntesis primordial, sobre el cual no se sabe absolutamente nada.

Fred Hoyle propuso que el hidrógeno se forma continuamente a medida que el universo se expande, pero su teoría ha sido descartada por los que creen en el Bing-Bang como causa primigenia del mismo.

El problema para los físicos es establecer a partir de qué se origina el Big-Bang. No puede ser de la nada, tiene que existir una física previa casuística, para que el hidrógeno, la materia prima para todo el Universo, se forme.

En otras palabras, nadie sabe de dónde vienen los protones y los electrones.

¿Pueden estar existiendo eternamente?

Si quienes creen en un Dios consideran que existe eternamente, ¿por qué motivo no poder creer que los protones y electrones también? Al hablar de las partículas elementales, también podemos verlas según son vistas en física cuántica, al ser denominadas funciones de onda, como él electrón.

¿Podrían ser incausados del mismo modo que los creyentes lo atribuyen a Dios?

Si usamos la misma lógica, podrían.

Y experimentos con el electrón ha determinado que son prácticamente eternos, y aunque hipotéticamente el universo se destruya, las propiedades de las partículas elementales como el electrón probablemente se modifiquen, pero solo eso, solamente podrían cambiar a tener otras propiedades diferentes, pero continuarán existiendo como partículas o funciones de onda o energía.

La materia básicamente es una forma de energía, u ondas de materia como lo define la física cuántica, y ambas se conservan mutuamente, no se destruyen ni se crean. Si la energía es eterna, cambiando solamente en sus estados, ya tenemos la respuesta concluyente.

Es interesante ver además que en la actualidad, la ciencia ya impugna las dos primeras premisas del argumento cosmológico Kalam, no solo la segunda. Hasta el determinismo ha sido puesto en tela de juicio.

La causalidad ha sido objetada en física cuántica según se nos relata en un trabajo de Carlos Desa:

“Las violaciones a las desigualdades de Bell, y, por lo tanto, la corroboración del teorema de Bell, nos indica que la física cuántica no es correctamente descrita por una teoría de variables ocultas, por ende no es una teoría determinista causal”.
 
Y en lo concerniente a la premisa 2º, en parte ya lo mencioné, sintetizada por el mencionado autor, fundamentado en filósofos físicos como Gustavo Romero (Gustavo 2004) o Sean Karol (Stewart 2016), de la siguiente manera:

“…lo acontecido previo al segundo 𝑡 = 10−10𝑠 (Big-Bang) es especulativo, sin embargo, ciertos aspectos del universo, como la homogénea distribución de la materia en este, requiere de modelos previos al denominado “big bang”. Entonces, la afirmación de que el universo empezó a existir, no es avalado por lo modelos cosmológicos contemporáneos.” (Ambas citas tomadas de arxiv.org)

De modo, que no solo la misma lógica pone en duda una de las premisas, sino que los descubrimientos actuales permiten visualizar dicha negativa hasta en la primera y la segunda.

El autor finaliza diciendo que lo dicho no es concluyente, pero es lo que hay hasta ahora desde el punto de vista científico, por lo tanto, no puede ser desde el punto de vista ateo, que carece de valor si no se apoya en la ciencia experimental, respondiendo de esta manera la pregunta levantada con el debido rigor del conocimiento.

No obstante, el mismo Fred Hoyle, que era ateo, declaró que es imposible no ver la influencia de una súper inteligencia que modela la materia y produce o transmite vida, fundamentado más que nada en la lógica del pensamiento.

Si un físico teórico del calibre de Fred lo dice…

Por supuesto, los ateos se lo comen crudo pensando que es un traidor a la causa.

Los agnósticos están más o menos tranquilos, porque más o menos por ese camino también transitan ellos.

Pero en cuanto a los creyentes de las distintas religiones, algunos más que otros, se ponen nerviosos de que la idea de Hoyle pudiera ser correcta tal como él la expone, porque por sobre todo lo que a ellos más le importa no es tanto en establecer un terreno común de creencia en un Dios, más bien el de aceptar al Dios y la doctrina que ellos predican para la salvación o la manera de vivir que desean imponer en la sociedad, de lo contrario, para ellos todos los que lo rechacen son unos  malditos “ateos” o “satánicos”.

Si no fuese por ese aspecto proselitista negativo del tercer grupo, muy manifiesto en el Islam y ciertos grupos cristianos, así como por el orgullo y terquedades humanas en general, dialogar sobre cosas que desconocemos no sería problemático para nadie.

El problema básico que tiene el argumento Kalam es cuando los cristianos hablan de la creación a partir de la nada, ex nihilo, es decir, no existía en absoluto materia ni energía antes. Filosóficamente hablando, si nada puede venir de la nada, y si todo debe tener una causa, mal puede usarse ese argumento para señalar que el universo vino de la nada materialmente pero que si vino de algo previo existente absolutamente espiritual, es decir, no material.

Lo espiritual, que es básicamente mental, de donde se origina la creatividad, nada puede hacer a partir de la nada misma. Si Dios es el gran alfarero como es descrito en la Biblia por quienes lo han descrito (Isa.64:8; Jer.18:3-6; Prov.16:4; Rom.9:20, 21), el alfarero necesita previamente de materia y tiempo para crear sus productos, puesto que si no la tuviera a su disposición, nada puede materializar; de igual manera, Dios necesita de algo previo a partir de lo cual crea. Por ello, en Génesis se menciona que la creación parte de la existencia de una tierra desorganizada y del agua primordial, una idea generalizada de tiempos antiguos. Es un razonamiento lógico en su aspecto intuitivo, propio del principio de causalidad, tan aceptado por la propia Biblia como por los creyentes que intentan explicar la realidad de su Dios.[1]

Lo que no sabemos, físicamente hablando, es si lo previo es parte de otro universo invisible a nuestros detectores, sobre el cual también puede pensarse que siempre existió, y también, a partir del cual pueden o pudieron producirse los protones y electrones básicos del Universo visible.

El tema sin duda es apasionante, pero lejos de dogmas religiosos es mejor.

Quienes introducen y responden este tipo de temas por lo general buscan proteger a los miembros creyentes para que no abandonen la grey, y los más activos, el de imponer sus creencias religiosas a otros, y cuando uno analiza sus creencias, se da cuenta que es imposible que una súper inteligencia del tipo imaginado para formar un universo tan grande y complejo sea el Dios Judío, del Islam o del Cristianismo del que los filósofos hablan tal como es manifiesto por el ser humano en sus libros religiosos.

Sencillamente la humanidad, materialmente, no encaja en este cosmos. Siquiera encaja en la vida terrestre, manifestándose en oposición a la misma, debiendo depredarla para subsistir. Su propia conducta generalizada nos lleva al desequilibrio por el cual todos nos encontramos a merced de sus fuerzas naturales destructivas del desequilibrio que estamos ocasionando a medida que nos multiplicamos más y más en este diminuto planeta.